German ARCE ROSS. Montalivet, Francia, agosto del 2012. Referencia bibliográfica: ARCE ROSS, Germán, « ¿Por qué el Peru no clasifica a los mundiales de futbol ? », Nouvelle psychopathologie et psychanalyse. PsychanalyseVideoBlog.com, Paris, 2012.

70S

Selección Peruana, Lima 1969

¿Seria por la falta de disciplina y por la manera mediocre, no ambiciosa y displicente que caracteriza a la actitud criolla? Puede ser.

Sólo que hoy en día, en el 2012, después de casi 20 años de reinserción internacional, de pacificación nacional y de continuo crecimiento económico y financiero, la mentalidad peruana ha progresado y se ha modernizado. Los valores de eficiencia, rendimiento, trabajo, progreso, disciplina, orden, esfuerzo… están mucho mas presentes en la voluntad del pueblo.

Es innegable que todavía existen el criollismo, la ligereza, la viveza, pero de manera mucho mas encuadrada y relativa que antes. La falta de disciplina y la falta de mentalidad de progreso pueden hacer parte de la serie de razones pero no son las únicas. ¿Cómo podemos entonces explicar que el Perú no pueda clasificarse a los Mundiales de fútbol desde hace 30 años?

Gracias a los esfuerzos de los jugadores, de la afición, del cuadro técnico, con directores tan capaces como Sergio Markarian, como también del contexto tan positivo que vive hoy en día la sociedad peruana, el Peru logro presentar una actuacion satisfactoria en la ultima Copa América. Pero, como un sintoma es mas tenaz que el esfuerzo voluntario de un sujeto neurótico, muy rápidamente la selección peruana reencontró su tendencia masoquista en las clasificatorias para Brasil 2014.

En la eliminatorias anteriores hemos visto al Peru con muchísimos errores en la defensa, sin armar en el medio campo, sin eficacia en el ataque, sin estilo, sin ganas, sin garra. Frente al adversario, los defensores marcan con la mirada, no buscan la pelota, con balones aéreos no saltan, parecen pesados, lentos, sin físico, casi inhibidos, sin reacción, sin agresividad, sin pundonor. A veces pierden los partidos en los primeros minutos de un primer o de un segundo tiempo sorpresivo, pues no reaccionan con orden, fuerza y confianza frente a la adversidad. Aunque es verdad también que esta tendencia parece estar cambiando últimamente porque defienden mejor, la luchan un poco más, al menos para salvar el honor. Lo paradójico es que existen muchos jugadores peruanos de alto nivel que brillan individualmente en importantes clubes europeos y latinoamericanos, pero la selección va de fracaso en fracaso en las eliminatorias.

Todos estos fenómenos no son sólo por la responsabilidad de los jugadores o del cuadro técnico, no son sólo por la culpa de los dirigentes de la Federación Peruana de Futbol (FPF). Es en realidad todo un esquema global que contamina profundamente al fútbol peruano. La hinchada, los comentaristas oficiales, los periodistas deportivos tienen la costumbre de magnificar de manera exagerada una sola victoria. O la imaginan y la celebran antes de que esta ocurra. Frente a una derrota apuntan al error de arbitraje, a la mala suerte, a la supuesta deshonestidad del adversario. Consideran un empate como un triunfo, una victoria como un campeonato, una derrota como una fatalidad, ven al equipo bajando en la tabla con un cierto hábito de sufrir, pero derrochan superlativos en un caso u otro, se contentan de poco y cualquier aritmética les hace cholitos. Es como si, no sólo en los jugadores sino globalmente en la sociedad peruana, existiera un fantasma masoquista muy arraigado que opera en el inconsciente popular hace ya 30 años.

Nos interesa entonces estudiar ese fantasma masoquista colectivo que, en la sociedad peruana, se ejerce de preferencia contra la selección nacional. ¿De dónde viene? ¿Por qué tendría como objeto la selección y no otra actividad? ¿Cuales serían las razones de esa actitud que se asemeja con la neurosis de fracaso? A nuestro modo de ver, esas razones no tienen que ver con el mundo del fútbol en sí, sino con un trazo socialmente adquirido en una sucesión de eventos trágicos que se han asociado arbitrariamente con ese deporte.

 

Eventos trágicos y dramáticos

Durante los años 20, se fundo la FPF, se organizo la primera seleccion y el Peru fué sede del Campeonato Sudamericano (en 1927). En 1930, el Peru participo del primer Mundial de futbol en Uruguay y fué campeon del Sudamericano de 1939. En los años 40 el Peru presentaba un buen equipo pero el mundial fue suspendido por causa de la guerra y estuvo ausente de todos los mundiales de los años 50 y 60.

Sólo participó en la década de los 70 con actuaciones bastantes satisfactorias, eso sí, en Mexico 70 y Argentina 78 pues alcanzó en ambas oportunidades las cuartas de final, obteniendo incluso el título de campeón de América en 1975. Pero, desde el mundial de España 82, la selección peruana no ha podido clasificarse una sola vez y es en ese momento en que comenzó su decadencia a nivel internacional. ¿Como explicar entonces esas dos largas ausencias de prácticamente treinta años cada una?

La primera larga ausencia puede tener como punto de partida un evento traumático ocurrido en 1936. En ese año, durante los Juegos Olímpicos de Berlíin, el Perú contó con un equipo sólido y muy eficiente que alcanzó las semifinales pues ganó, primero, 7-3 a Finlandia y, después, 4-2 a Austria, volteándole el partido delante del mismo Hitler. ¡Y eso que le anularon 3 goles! ¡O sea que el Perú bien hubiera podido ganar 7-2 a Austria! Pero Hitler no soportó la derrota. Y utilizó su influencia prepotente para que, con el pretexto de que un hincha peruano había invadido la cancha luego del último gol, anulasen el partido y programen que se vuelva a jugar.

Frente a esta injusticia, el Perú decidió en el acto renunciar y se retiró de los Juegos. Ese fué un precedente bastante traumático porque, si bien es cierto que fué una salida politicamente muy digna, en el campo deportivo eso dejó huellas muy profundas de impotencia e injusticia. Apesar del grave incidente vivido en Berlín, en los años 40, el Perú fué uno de los paises que impulsaron el fútbol en América Latina. En los años 50 y 60, el nivel del fútbol peruano bajó pero se mantuvo en la media de los paises de la región. Pero el de 1936 no fué el único evento trágico del que fué objeto directamente el fútbol peruano.

En mayo de 1964, justamente en las eliminatorias para los Juegos Olímpicos de Japon, el Peru debía obtener al menos un empate con Argentina en el Estadio Nacional de Lima para sacar un cupo. Pero ese 24 de mayo de 1964, el arbitro anuló el gol de “Kilo” Lobaton con el que el Perú empataba el partido a dos minutos del final. Un hincha indignado invadio el terreno de juego y fue violentamente reprimido por la policia. Ésto, más el hecho que se decidió suspender el partido antes del final dejando al Perú fuera de los Juegos, acabó por inflamar a la tribuna norte que estalló tentando romper las rejas para invadir a su vez el campo. La policia utilizó gazes lacrimógenos y la gente hulló despavorida encontrando sin embargo varias puertas de salida cerradas. Esta situación incontrolable originó que la gente en pánico aplastara involuntariamente a los que se encontraban frente a las puertas cerradas. En esa tragedia se contabilizaron 328 muertos.

Pese a estos dos eventos traumáticos, la selección logro clasificarse para el Mundial de Mexico 70. Sin embargo, apenas dos dias antes del début de Perú en el Mundial ocurrio un desastre natural que, aunque no tuviera nada que ver con el futbol, quedo definitivamente asociado con la seleccion en la memoria de los aficionados. Se trata del terremoto de Huaraz, en el que desaparecio total mente el pueblo de Yungay y en el que hubo 70 mil muertos. Los peruanos jugaron con crespones negros en los hombros, simbolo de luto nacional, concediendo al inicio del partido un futbol auto-punitivo que les obligo a tener que voltearle el partido a Bulgaria. Los dos goles de Bulgaria fueron practicamente regalados por el equipo peruano (hay que ver el primero donde los jugadores se quedan paralizados viendo entrar a los bulgaros al area y el segundo donde se le escapa la pelota de las manos a Rubiños). Es como si la seleccion necesitara primero surfrir para poder ganarle al destino.

Pero eso no fué todo. En la época de los 80 y 90, el Peru vivio, en términos sociales, militares y economicos, eventos muy dificiles, traumaticos, violentos, tragicos. En ese caso, ¿seria el terrorismo y la guerra hecha contra éste los que explicarian la inhibicion post-traumatica actual del futbol peruano? No precisamente. Porque si no, estos mismos factores deberian entonces también haber afectado durablemente a otros deportes o a otras actividades de la sociedad, lo que no es asi. Eso quiere decir que hay otros elementos en juego. Precisamente, hubo un evento catastrofico en el futbol peruano que, ademas, esta asociado con los elementos significantes de la época del terrorismo. Se trata del accidente aéreo del Fokker de la marina peruana que transportaba al equipo de Alianza Lima en 1987. Todo un equipo lleno de estrellas y de jovenes promesas del futbol peruano, incluyendo al Sr. Marcos Calderon, quien fuera enternador de la selecion peruana, fallecio en ese accidente.

 

Etapas del proceso de duelo

En el proceso de duelo, no todo es tristeza. Les afectos principales en el duelo normal son, en ese orden : angustia, dolor, colera y tristeza. Pero es importante notar que el final del duelo no consiste solamente en la desaparicion de la tristeza al nacer un nuevo deseo. Hay algo mas que debe ocurrir para llegar al final del proceso completo. Al final del periodo de tristeza, hay un no querer volver a cualquier relacion que rememore, o que se parezca, a la relacion donde hubo pérdida. Por ejemplo, si alguien perdio a su amada, puede mas tarde, después del momento de tristeza intensa, querer ya encontrar a otra mujer… pero con la condicion de no amarla. Porque el amarla, le traeria nuevamente la angustia de la pérdida.

En estos casos, el mejor criterio para el fin del duelo no es el mero hecho de escoger un nuevo objeto substituto. Sino mas bien el de superar esta ultima fase en donde, apesar de que el deseo por otra relacion ya se libero, todavia el sujeto encierra y conserva una parte de si mismo que conmemora la pérdida y le impide resolver el duelo. Por eso, el fin del duelo no equivale a que un clavo saque a otro clavo, sino que el sujeto pare de martillarse la vida con nuevas relaciones insatisfactorias.

Esta fase del duelo que viene después de la tristeza es en donde existe una inhibicion relativa o parcial. El sujeto busca y encuentra otros objetos. Pero hay algo que no funciona. Porque el proceso esta aun acompañado de un pensamiento magico negativo, o de una forma de supersticion, que opera, de manera profundamente masoquista, como una fatalidad ultima. Esta fatalidad parece provenir del caracter tragico de la pérdida que seria lo ultimo que hay que trabajar en estos duelos. Por ejemplo, alguien lleva a la enamorada a bailar a la nueva discoteca mas novedosa que existe. Desgraciadamente, un incendio de gran magnitud se declara, las salidas estan sorprendentemente obstruidas y muchas personas mueren asfixiadas, dentro de las cuales la enamorada. Este sujeto, si se salva, sufre de dos cosas: primero, de la pérdida de la enamorada y, segundo, del caracter tragico y sorprendente de la catastrofe. Solo que al principio, y durante mucho tiempo, él puede creer que estas dos cosas son una sola o que lo unico que importa es la pérdida de la enamorada. Entonces, trabaja psicológicamente sobre este unico problema hasta que, enfin, le vienen ganas de nuevo de encontrar otra chica. Pero ahi surge un fantasma masoquista: si encuentra otra chica no la debe amar, o si la ama no debe llevarla a bailar a una discoteca.

Logicamente, en lo absoluto no hay ninguna relacion de causa y efecto entre amar a una persona, ir a bailar con ésta a una discoteca y perder el amor después. Pero si el resultado es tragico es porque se han asociado situaciones distintas en un mismo evento. Asi, en una nueva relacion, “algo” quedara inhibido, en la medida en que le recuerda al sujeto el evento tragico vivido. Este “algo” se presenta como una fatalidad masoquista que representa en el fondo el caracter tragico del evento, sobre el cual este sujeto no trabajo psiquicamente.

De esta forma, podemos decir que la inhibicion masoquista es el contrapunto exacto de la esperanza que se espera alcanzar al final de todo proceso de duelo completo. Es como si psiquicamente le dijeran: « ahora si ya puedes salir con otra chica, porque ya superaste la pérdida de tu enamorada. Pero si sales con otra, sera forzosamente sin esperanza. »

German ARCE ROSS. Montalivet, Francia, agosto del 2012.